viernes, noviembre 10, 2006

Conversación X (Capilla del Monasterio Benedictino, Santiago)


Imagenes y planimetria
Cooperativa de Trabajo San Benito de Las Condes
DOCOMOMO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El enunciado que dice que “la belleza se encuentra en la simpleza” es el acertado para definir esta obra que se estructura a partir de la superposición de cubos, para crear un gran elemento sobrio, pero que no deja de ser hermoso.

Posee un manejo tan puro y simple en las líneas, que toda la intención de los arquitectos se ve claramente plasmada en ella: darle lugar a la luz para que cree y jerarquice los espacios.
De hecho, la luz es el componente primordial dentro de la capilla, da cuenta del espacio del altar, de la oración, guía la mirada hacia lo importante, hacia el rito y hacia lo alto, el ascender del espíritu.

Me parece una obra muy bien lograda, muy pulcra y no muy llena de información. De una lectura rápida del ojo, un fino juego de contrastes entre luces y penumbras y líneas decididas, bien puestas que denotan que lo importante no es la estructura del espacio, sino lo que sucede en él, al acto, EL HOMBRE. Incluso los objetos de culto que están en su interior parecieran estar levitando para no ensuciar los muros.

Sencillamente encuentro que es un trabajo muy bien hecho, me encantó.

Anónimo dijo...

Recuerdo que en uno de los talleres de primer año uno de los encargos fue crear un espacio a través de los pliegues de un papel.

Convertir el papel en otra cosa, fue lo que nos mantuvo ocupados por largo tiempo. En aquella ocasión la preocupación mayor fue más allá de el tamaño o la complejidad del pliegue, por el contrario trascendió también a esto, y me encontró con aquello que solo se conoce a través de los sentidos y las emociones, en este caso fue la manifestación de la luz. La que de un modo u otro lograba transmitir un "algo" una sensación. Pasando a lo concreto El Monasterio Benedictino me recuerda el mismo principio, una obra en donde la sensación a través del uso de la luz, trasciende al material, la OBRA se construye entonces en conjunto con la emoción del cuerpo que la habita.

La sensación del espacio abierto, el uso del sonido, la luz, en un dialogo continuo con las emociones y sensaciones del cuerpo son las que logran presentar un programa claro que dialoga se manifiesta simple y justo.

En mi opinión una manifestación de aquello que intentamos descubrir a diario.